martes, 18 de marzo de 2008

Fuentes busca su puente. A propósito de la independización de Puno.

Fuentes busca su puente. A propósito de la independización de Puno.

El plan de Fuentes, Presidente Regional de Puno, no parece ser tan malo y menos aún novedoso. Es copiar un poco de lo que ya hacen por costumbre aquellos que cuentan con poca propuesta, mala gestión y escasa confianza. Como aquellos líderes nacionales que pretenden aglutinar en torno a un enemigo en común, Chile va y Chile viene; Don Hernán Fuentes (de Avanza País – Partido de Integración Social, figura del frejolito), con menos del 20% de apoyo en las elecciones del 2006, ínfima dirección en su Comité Regional de Seguridad Ciudadana y máxima autoridad del departamento con menor nivel de ausentismo, por debajo del promedio nacional, tanto en las elecciones generales del 2006 (8.98%) como en el referéndum constitutivo de regiones del 2005 (9.56%). Busca aglutinar en torno a la Nación Aymara y puede que le resulte beneficioso, aquello que el denomina un proceso largo.

Sucede que el Estado ha funcionado siempre a espaldas de Quechuas, Amazónicos y Aymaras, ha patrocinado normas y directivas en una única lengua ignorando el multilinguismo peruano, vigorosamente vigente a inicios del siglo XXI y esto no es signo de ningún retraso sino de potencialidades aún desaprovechadas. Las imágenes construidas por el lenguaje trae una percepción distinta del mundo; igualito que si se estudiara el Francés o el Alemán.

Fuentes sabe que separarse es una tarea infructuosa pero si quiere pararse sobre la mesa pública y recomponer su derruida imagen aprovechando lo vigoroso que es el pueblo de Puno en lo que a activismo se trata. Es una oportunidad que el Ejecutivo debería tomar con las manos y aprovecharla en beneficio de la regionalización y la consolidación de un estado unitario y descentralizado en las autonomías de nuestros sub niveles de gobierno. ¿Qué debería hacer?

Primero, la Presidencia del Consejo de Ministros, que lidera actualmente la
descentralización debería conformar una mesa que agrupe a ciudades Aymaras, Quechuas y Amazónicas para discutir la posibilidad de un régimen especial. Esto no tiene nada de extraño, ellas mantienen su autonomía y el Estado Peruano su fuerza y presencia nacional tal como ocurre con las comunidades autónomas de Cataluña y el País Vasco. ¿Acaso el trato desigual a quienes son desiguales no reduce los conflictos?
Segundo, en Perú, el distrito de Magdalena, la Provincia de Huaura y los Gobiernos
Regionales gozan de autonomía política pero dentro del marco soberano de la República. Ya lo expuso claramente el Tribunal Constitucional cuando se quiso reglamentar la producción de Hoja de coca en Cusco y Apurimac.
Tercero, un vez enganchados sobre la futura especialidad de estas zonas, iniciar pilotos
multilinguisticos trabajando conjuntamente en normativa regional que reglamente la participación ciudadana en la formación de ordenanzas de carácter regional y municipal (olvidado derecho de participación denominado iniciativa normativa); así como para la aplicación de referenduns en los niveles locales y regionales.
Cuarto, buscar conjuntamente, inversiones nacionales y extranjeras para que sean
desarrolladas con la siempre vigilante actuación del gobierno regional y su ciudadanía, ahora si – bajo el supuesto anterior - con capacidades reales de participación y control.
Y finalmente, establecer un periodo de dos años para evaluar el impacto y los resultados de estas iniciativas y si decantan en beneficio de la población y la acercan a las autoridades.

Una respuesta confrontacional de parte del ejecutivo aumentara la leña de un fuego siempre presente en la falsa dicotomía centralismo/descentralización. Esta retórica, tampoco es reciente en la historia peruana y trae de saque, respuestas autoritarias como las vividas con Leguía o recientemente, con Fujimori. La descentralización, como la política, no es un proceso inofensivo o pacífico y las soluciones pueden ser a veces peores que la enfermedad.

Santiago, 18 de Marzo de 2008